martes, 8 de septiembre de 2009

Tienes una cita

TIENES UNA CITA





Vestida y totalmente conjuntada en tonalidades rosas, envuelta en su perfume favorito (Agua de Paz), luciendo una sonrisa que ilumina las noches sin estrellas, sin luna y los días nublados. Sin ser su porte exuberante; pasea por las calles de este pueblo (que bien podría ser de la Toscana) en este día de mercado, con su medido, elegante y decidido caminar.



A su paso por el mercado, un frutero le ofrece media naranja.

-¡Gracias frutero! Ya tomé mi zumo esta mañana.



En otra parada (hortalizas y verduras):

-¡Toma bonita! ¡Mis mejores calabazas!

-¡Gracias! ¡Si aún te quedan, quizás en otra ocasión!- responde Ella.



-¡Mira que nabos, niña; mira que nabos! ¡Toma uno, bonita!

-¡Gracias! Hoy no haré cocido, quizás te los acepte para algún frío día de invierno.-responde nuevamente.



…atraviesa el “Mercado de la Pasión” en dirección a la plaza del pueblo. En el mismo Centro de la plaza una fuente circular, coronada por un ser alado esculpido en mármol de Carranza, vierte a borbotones por sus siete caños, el agua que proviene de las Altas Montañas.



Con su mano izquierda recoge su pelo en su nuca, con la derecha, se apoya en uno de los caños y deja vencer su cuerpo acercando sus labios para beber.



Mientras bebe, escucha una voz masculina que se dirige a Ella:

-¡Aquí me enamoré por primera vez!



Saciada Su sed, se incorpora y seca sus labios y barbilla con el pañuelo ofrecido por el caballero que pronunció las palabras.





-¡Es aquí dónde Una se enamora!.- Le responde Ella haciéndole entrega de su mirada (esa mirada en la que el alma desnuda es arropada por quien te mira).





Lupus Anima©2007/Héctor

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