jueves, 4 de agosto de 2011

EL ARBOL

El cielo se ha deshecho en gotas
y ha impregnado la tierra de vida.
La luna, a falta de mar,
se mira en un charco.
Yo me abrazo a un árbol.
Cierro los ojos y mi pensamiento
lo recorre lentamente.
Poco a poco, sitiéndolo,
voy de las ramas más altas
a las raíces más profundas.
Consigo sentirme hoja,rama,
tronco y, por último, raíz.
El olor a tierra mojada
me integra a la naturaleza.
Aún abrazado al tronco,
sintiendo su energía,
beso su rugosa piel.
Con lágrimas en los ojos
pongo en marcha la sierra
y me aseguro calor para un tiempo.
Después del estruendo,
con el árbol ya abatido,
sólo se oye el silencio
y los latidos de mi corazón.
La luna sigue en el charco.
La busco en el cielo
y adivino que me comprende.

MANUEL HUALDE