jueves, 3 de septiembre de 2009

Otra Luna de Sabines...

Quién lo diría,niño mío, cinco años sin tu presencia física...y sigo aquí,doliéndome de tí,doliéndome sin tí.
Alrededor mío la vida siguio el rumbo, los que me aman me miran seguir adelante y yo sonrío y camino la vida.
Me falta un pedazo de mi alma,me faltas y me dueles tan inmensamente
que me arrincono aquí.Donde sólo yo me duela y pueda encontrar las palabras que expresen esto que siento.
Nadie en mi familia me leen, quizás por eso es más fácil venir a este rincón y bramar como animal herido,llorar y desahogar la sal contenida por tanto tiempo.Es el temporal.Pasara.
Mi niño no te fijes, pasara...
Te prometo sonreír desde el alma mañana,Por ahora dejáme desahogar este letal dolor contenido por tantos días...Aquí donde nadie me vea.
te prometo sonreír mañana.

Encontré un regalo para tí.

Angel mío te regalo la Luna de Sabines.

—Mira la luna. La luna es tuya, nadie te la puede quitar. La has atado con los besos de tu mano y con la alegre mirada de tu corazón. Sólo es una gota de luz, una palabra hermosa. Luna es la distante, la soñada, tan irreal como el cielo y como los puntos de las estrellas. La tienes en las manos, hijo, y en tu sonrisa se extiende su luz como una mancha de oro, como un beso derramado. Aceite de los ojos, su claridad se posa como un ave. Descansa en las hojas, en el suelo, en tu mejilla, en las paredes blancas y se acurruca al pie de los árboles como un fantasma fatigado. Leche de luna, ungüento de luna tienen las cosas, y su rostro velado sonríe.

Te la regalo, como te regalo mi corazón y mis días.

1 comentario:

Horacio Fioriello dijo...

siento pudor de estar en este rincón tan tuyo, no quiero irme sin decirte que extremece leerte
besosbesosbesos!