jueves, 30 de agosto de 2007



Es mi delicia aguardar espiando en la linde del camino, donde la sombra persigue a la luz y la lluvia avanza sobre las huellas del estío.
Mensajeros con nuevas de otros cielos me saludan y se apresuran a lo largo del camino.
Mi corazón exulta dentro de mí y es dulce el aliento de la brisa que pasa.
Del alba al crepúsculo, permanezco ante mi puerta. Sé que de pronto llegará el momento venturoso en el que podré ver.
Y entretanto sonrío y canto, en plena soledad.
Y entretanto el aire se satura con el perfume de la promesa.

Rabindranath Tagore



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