Me tuve que detener para contemplar
la belleza de la vida.
Las nubes engalardonadas de luz,
de la luz moribunda y bella
del sol.
Y me sentì privilegiada y viva
y sobretodo agradecida de poder
disfrutarla.
La ardilla del àrbol se escapo
a mi lente...
Quizàs en otra ocasiòn la encuentre.
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